Las alas

Escribo más que nada por esto, por lo que es, la siembra eterna de los muertos que apaciguan la soledad naciente. Para mi te extiendes y contraes con el tiempo, lo eres todo y no eres nada, eres momento.

Me reflejo en el todo, en la palabra de un rey, los zapatos de un pordiosero, la lamina de una casa, la luz del rayo de una tormenta, en los caminos que marcan el andar del hombre y lo definen, la sonrisa de la noche, la rutina del obrero, el movimiento y el espejo.

Me sumerjo en la actualidad y enloquezco en la monotonía del pasado que desintegra, disgrega los abismos enlazados a la existencia, comulgo y vomito, construyo y me encierro.

Recuerdo las pláticas, los momentos aparentes de los niños que crecieron en los bosques verdes, las voces que hablan y no escuchan, la madera de la puerta, los juegos en el parque. Las masas enardecidas en un mismo espacio se recrean entre sí para siempre. El contexto, la palabra, la cortina, el café y la ira de los perros.

Nos vieron los ojos y lamían la misma imagen aparente, había cuadros, círculos, figuras que se multiplican. En el jarrón del invierno aparecían los cuerpos sin sangre, helados, conscientes, eternos, la comida de los puercos. De entrada en el río solo brillaban las gotas, se unían y movían como en un baile. Las águilas entretenidas con la carne, el verde del instante seducía al tiempo, lo detenía, el sol se pintó en mil mascaras y luego me despertó.

@JuanPabloEMT

About juanpabloemt

Ecléctico
This entry was posted in Uncategorized. Bookmark the permalink.

Leave a comment