El eclipse del tiempo

Fuego y llamas, castillos magnéticos que se desintegran en la mente disgregada del ser, que no compone por componer, mas bien acecha, minuto a minuto, las cosas, los momentos, las palabras adecuadas. Quiero siempre estar volando, no sé por dónde ni por que, pero estas alas negras que yo cargo, nunca conocerán los limites de lo correcto. Pútrida la realidad que venden, pienso y pienso, siento y siento, creo y me creen. Boberías de antaño disfrazadas de un comportamiento correcto.

No sigo al tiempo que solo espera, él es espacio, es dimensión, es otra vez y para siempre el futuro de está realidad que es verdad, y me llama, me llama de mil nombres y mil formas, con mil palabras y mil colores. Eso es lo que es y así será. No por que alguien lo quiera o lo piense, es un simple establecimiento ancestral de millones de almas. Que vienen y van. Caducas e inadecuadas, pero completas, siempre completas.

Pasiones que secuestran y que aumentan el sentir, recuerdo a la juventud en mi juventud, esa que yace inherente en el aire, que es por momentos intocable, suficiente. La quiero beber, la quiero tener para siempre y luego beberme a ti, por un minuto para saber lo que piensa tu mente y no equivocarme nunca.

Llanos deseos de luz, poco conscientes de esto, que es lo que hay, en el día apocalíptico no vendrán trompetas si no unicornios, a beber el agua, a comer el césped, a sentir lo que sientes.

Se crean las palabras, se crea el corazón y con ellos me creo yo también un poco más cerca del eclipse de la existencia acechadora, ella es corriente y otra vez fuego, que se extingue en el ser o el no ser. Apagadas las llamas, bienvenida la incoherencia y tu lugar en el mundo.

@JuanPabloEMT

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Ecléctico
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