Carta de un renegado

Carta de un renegado

Hace más de 7 años tuve mi primera participación en una campaña política, desde entonces mi inquietud y convicción me ha llevado a desempeñarme en diferentes áreas del quehacer político-social, siempre con la esperanza de obtener nuevas experiencias y aprender de esto, que es lo que más me gusta: La política.

A pesar de la estigmatización de la palabra, yo mismo le he encontrado su propio significado, para mí la política es el arte de ayudar a la gente y al mismo tiempo ¿Por qué no decirlo? Ayudarme a mí mismo. La considero la madre de todas las ciencias, el ave fénix, me ha dado el privilegio de conocer a todo tipo de personas, sus problemáticas y también sus grandes atributos, ustedes nombren el perfil, seguramente ya me habré topado con algo parecido.

Esto ha enriquecido mi visión no solo sobre mi país si no sobre la vida misma, en buena medida ha alimentado mi espíritu de una forma que ni si quiera la religión ha logrado hacer, así de fuerte es mi cariño y reconocimiento hacia ese bello arte, que por errores de unos cuantos, es tan mal catalogado.

He tenido la oportunidad de trabajar en diferentes lugares de mi país y aprender de esta tierra multicultural y hermosa llamada México, he sido testigo de la fuerza, el valor y espíritu de su gente, personas que he ido a “ayudar”, irónicamente he aprendido mucho más de ellos.

Como todo joven consciente, a través del tiempo he formado mi perspectiva personal de lo que llamo yo “Mi proyecto de vida” y me he dado cuenta, que lo mío es esto, llámese política, humanidades, activismo social o como le quieras llamar. También he presenciado el lado obscuro, lo turbio, las atractivas tentaciones, soy consciente de las precauciones que debo de tomar para no caer en ellas y perderme por completo.

El año pasado en 2010 llegue después de mucho tiempo a mi estado; Sinaloa, a trabajar en la campaña de Jesús Vizcarra, llegue con mucha emoción, era la primera vez que trabajaba seriamente en un proyecto para mi estado, mi última experiencia había sido a los 16 años en la campaña del ex gobernador Jesús Aguilar, pero mi trabajo prácticamente era recoger cables y conectar cámaras.

La experiencia que me lleve de ahí fue sumamente grata, conocí a muchos de los jóvenes que trabajan en política en el estado, que ahora son mis amigos, tuve la oportunidad de ver, como algunos otros descubrían su vocación, trabajando por lo que cada quien creía que era la mejor opción para Sinaloa. Lo hicimos con convicción y amor a la camiseta, el señor Vizcarra a pesar de las muchas calumnias perpetradas en su contra, me pareció un hombre generoso, con una excelente familia, hiperactivo en el trabajo y con una visión clara, por lo que decidí envolverme de lleno en su proyecto, puedo decir que entregue un buen resultado.

Desgraciadamente la campaña rapaz del otro lado, coludida con los medios locales y diferentes actores políticos, hundió las propuestas, la convirtió en una guerra de artimañas, inhibió al voto popular y le metió miedo al electorado. Claro, sin hacer a un lado los muchos excesos y errores que cometimos nosotros también.

Algo que para mí significaba un foco rojo, fue la pragmática alianza electoral entre PAN-PRD con un candidato del PRI, lo expresé constantemente con mis compañeros de campaña, en primer lugar por la contraposición ideológica, pero también con una lectura general y un poco de análisis sentí que ese era el peligro, porque con el triunfo, era lógico que la dinámica de competencias entre las fuerzas políticas se iba a descomponer por completo, el estado quedaría a la deriva y el triunfador, en este caso Mario López Valdez, se convertiría en una especie de caudillo o cacique local, que solo respondería a los siniestros personajes que lo llevaron al poder. Este extraño eclecticismo no tenía más futuro que el desastre, el totalitarismo y la incertidumbre, lo pagarían los que siempre lo pagan: El pueblo.

Mi lectura no estuvo nada equivocada, los hechos me darían la razón, la política en Sinaloa se convirtió en algo bastante extraño, en nuestro sistema que es una Partidocracia en la que que los partidos son plataformas de propuesta y competencias, tenemos un gobierno sin partido por ende la dinámica es absolutista, improvisada y confusa. (Recalcando que no hemos tenido elecciones)

La única esperanza era un PRI que después del proceso, entrara a una regeneración interna, un profundo análisis reflexivo y ahora sí, con entereza, valor y congruencia, llevara a cabo una limpia intensa de los personajes que los traicionaron y llevaron al poder a MALOVA, también una gran oportunidad de darle su lugar a los jóvenes dentro de sus cuadros que son muchos, que ellos mismos reformaran al Comité y le dieran un nuevo aire al partido, para conformar una oposición digna y fuerte. Por un momento pensé que así sería, los hechos también, han demostrado lo contrario.

Los intereses personales de la mayoría de los priistas se antepusieron a esa loca idea de Vizcarra de transformar Sinaloa, la sumisión vergonzosa ante el gobierno estatal es más clara que el agua, ejemplos sobran, lo sustantivo es que han defraudado a sus miles de electores que ese 4 de Julio votaron por una transformación y también decepcionaron a muchos de sus jóvenes que son el sostén de todo partido.

La probable votación a favor en el congreso local para adquirir una deuda de 3 mil millones de pesos injustificada; una medida regresiva, electorera, miope, símbolo de un populismo desmedido y mediocre, así como una falta de visión de estado en el gobierno, es la gota que ha derramado el vaso de mi conciencia, tengo la humilde teoría que un político que no vive en una constante autocrítica, no es un político sino un borrego flotante del sistema.

En Sinaloa no hay oposición, hay diferentes partidos, pero una oposición no es oportunista, es un contrapeso decisivo, una voz crítica objetiva, que vela por el interés del legítimo dueño del poder, que eres tú, el ciudadano. No eres, ni debes ser, moneda de cambio, la democracia no se subasta, se construye.

Siendo congruente y consecuente con mis palabras, después de una larga reflexión, expreso:

RENUNCIO indefinidamente a cualquier afiliación política, laboral e incluso ideológica con el Partido Revolucionario Institucional, pienso concentrar mis actividades políticas en la conformación de un movimiento ciudadano a favor de la democracia en el Estado llamado Evolucionarios.

Esta carta no es una expresión vana, sino una convocatoria abierta, a todos los sinaloenses que estén dispuestos a formar parte de este movimiento y demostrar que la fuerza reside en los ciudadanos, que estando organizados, pueden mover montañas ¡ANIMO!
Sinceramente

Juan Pablo Espinosa de los Monteros Tatto

juanpabloemt@gmail.com

Twitter: @JuanPabloEMT

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Ecléctico
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2 Responses to Carta de un renegado

  1. raoul ibanez says:

    que orgulloso estoy de ti juan pablin.. ESTO NO NOMAS VA PA SINALOA SI NO TODO MEXICO!

  2. reyna says:

    Para darse cuenta de la mala organización y el mal gobierno que existe, no sólo en Sinaloa, sino en el país entero, es necesario inmiscuirse de la manera que tú lo hiciste o por cualquier otro medio, para entonces sí tomar cartas en el asunto. Yo trabajé en un periódico local y me toco presenciar la pelea de campañas entre Vizcarra y Malova, pero nadie hizo nada, ni yo. Sí hace falta un movimiento que le devuelva el poder al pueblo, somos más, no eres el único. Cuentas con mi apoyo.

    Reyna Medina

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